viernes, 15 de agosto de 2008

UNIVERSITARIOS: EL CUSCO LES AGRADECE.

Ayer la juventud demostró que no es la generación equis que suponíamos. Ayer la juventud, con todas sus limitaciones nos ha demostrado su amor al pueblo y su capacidad de indignarse ante el costo de vida, que nos mata lentamente. Ayer la juventud cusqueña le ha dicho al Señor “Perro del Hortelano” que no vamos a tolerar su política de micro shocks, su gobierno exitoso con millones de desempleados, hambrientos y su huayco de corrupción.

Es posible que el manejo macro económico del MEF sea bueno. Debemos suponer que esa es la razón por la que este gobierno ha sido bendecido por el Papa Benedicto, santificado por el FMI, elogiado por el Banco Mundial, condecorado por el Club de Paris, honrado por el ALCUE, alabado por el TLC con EE UU; pero ¡carajo! no nos pidan que los sufridos peruanos nos arrodillemos para decirle gracias por matarnos de hambre.

Aquí estamos aún de pie, los qosqo runas, los herederos de los grandes hacedores de Machupicchu, los que gobernábamos casi todo el continente antes de que estos traidorcillos merodeen por nuestras costas buscando un pedazo de oro.

Aquí estamos nosotros, los muertos de hambre, los que gracias a los grandes éxitos macro económicos, ahora tenemos que vestirnos con ropas de segundo uso, compradas del baratillo sabatino; los que comemos en el mercado las sobras de los grandes hoteles. ¡Nosotros no bajaremos la cabeza!

El detonante último ha sido el incremento de los pasajes. Este es un chantaje, un chairazo hábilmente dirigido por los que ayer fueron luchadores sociales y hoy son los nuevos ricos del Sindicato de Choferes de la Pza. de Armas.

Propongo a pedido de miles de cusqueños que la Municipalidad y su caterva de regidores “moralistas” hagan lo necesario para que se declare la ruta libre.

Duele que nuestra vieja Policía Nacional, la del héroe Mariano Santos, haya cumplido un rol vergonzante; ayer ha apaleado a sus propios hijos, ha detenido a 30, torturado, disparado y ensangrentado a tres universitarios.

Señores policías, les pedimos que tengan cuidado con nuestros hijos: Hasta las acémilas tienen un poco de sensibilidad. ¿Cómo puede un padre disparar contra su hijo? Sólo el soldado mediocre puede excusarse diciendo: ¡Si yo disparé porque mi jefe me ordeno!

Señores, los estudiantes han vuelto a salir a las calles y no lo he de negar, los hemos aplaudido en los mercados. Con sus voces roncas gritaban y componían estribillos ¡Sayan no seas ratero y haragán! ¡García, ladrón de la CIA! ¡El pueblo quiere pan y plomo les da la milicia!

Los universitarios como hace veinte años volvieron a retumbar nuestras calles con sus voces frescas, sus ideas de justicia, su ¡ya basta! a tanto excremento político.

Alguien dirá: “Oiga usted estos son unos bandoleros han capturado 40 vehículos”. Y allí saldrá nuestro pueblo para decir que la toma pacifica de vehículos es simple y llanamente la pedagogía de los hechos. Son los acontecimientos los que ahora hablaran por nosotros.

Y mientras el pueblo saludaba a sus juveniles luchadores sociales. Una treintena de ellos fueron arrestados, golpeados, detenidos por la policía cainita del Cusco. ¡Perdonen! Señores uniformados, pero aquel policía que dispara en contra de su pueblo es un mercenario que carece de convicción, patriotismo o libertad.

Nuestros hijos, los hijos del pueblo no son saqueadores, no son los delincuentes que vagan prófugos con la complacencia de los coroneles. No son los asaltantes de la DIVINCRI. Nuestros universitarios son el fermento de la nueva patria, la patria de hombres honestos, demócratas y justos, sin fratricidios partidarios. Ellos son la conciencia del país, son la esperanza de que algo pueda cambiar en este Perú donde la corrupción de derecha y de izquierda nos tienen arrinconados.(280808)