jueves, 5 de marzo de 2009

UN FUJIMORISTA RECICLADO PONE EN PELIGRO MACHUPICCHU II.


Los apristas que dirigen EGEMSA ahora se hallan en medio de una gran disyuntiva política y económica, debido a que el FONAFE que es un Fondo Nacional manejado principalmente por el Ejecutivo Aprista, ha decidido redimensionar el presupuesto poniendo en grave crisis la ejecución de la Segunda fase del Proyecto de la Ampliación de la Hidroeléctrica de Machupicchu.

El argumento anticusqueño que sostiene el eficiente fujimorista Ing. Pedro Sánchez, hoy reciclado Ministro de Energía y Minas del actual régimen, es que no existe una adecuada disponibilidad de fondos. ¿Cómo? Si señor, él sostiene que no hay una adecuada disponibilidad de fondos, cuando todos sabemos que su jefe, el Presidente Alan García más bien propugna efectuar el gasto del dinero del Estado a manos llenas, incluso afirmando que él más tarde se encargará de arreglar los trámites.

¿En que quedamos señores apristas? Habrá o no la lluvia de millones que anuncia vuestro gobierno. ¿Cómo es así que Majes Sihuas II tiene todo el aval político del gobierno?, incluso poniendo en peligro la sostenibilidad ambiental de Espinar y alrededores.

Dicho en buen cristiano el FONAFE no desea cofinanciar unos 13 millones de dólares, que son vitales para la subsistencia de Machupicchu, pero en cambio gasta irracionalmente en Majes Sihuas habilitando tierras eriazas con una inversión multimillonaria a costa del hambre de todos los peruanos.

El FONAFE, organismo detentado por el Presidente del Consejo de Ministros Yehude Simon, hoy calificado con legitima razón como el “rosado taparrabos” del régimen y un conjunto de burócratas, intentan postergar el desarrollo energético de la región Cusco, por un vano afán de priorizar la costa del sólido norte aprista y la única región pro-gobiernista del sur como es Arequipa.

Es realmente indignante la forma como se gastan los recursos del Estado. Por un lado, extremada generosidad y por otro una avaricia rayana en la angurria, sumada al odio ventral de los limeños al Cusco.

Ha llegado el momento de separar la paja del grano, el momento en que los pocos apristas honestos que quedan en el Cusco, se pronuncien sobre este tema y le hagan saber a su Presidente, que el Cusco no está dispuesto a tolerar estas felonías de un fujimorista reciclado en connivencia con un avergonzado ex subversivo que ahora es el hazmerreír de la política peruana.

Yehude, ha demostrado ser más sobón que el propio Jorge del Castillo, que nos parecía el non plus ultra de la franelería palaciega.

Ayer al término de la conferencia ofrecida por Víctor Raúl Tomaylla, le pregunte si él estaría en la capacidad de renunciar, dijo en tono sereno, que “él estará del lado del pueblo cusqueño en el momento de los deslindes”. De ser así, seria bueno señor Tomaylla, que tenga usted redactada su renuncia.

Aunque es igualmente cierto, y es bueno decirlo, que en el corrillo periodístico, alguien insinuó con perspicacia de sabueso, que esta revisión del proyecto, obedecería a la ineficiente ejecución de las dos anteriores licitaciones. De ser así, los cusqueños exigimos saber la verdad.
Mientras tanto, la segunda fase tan archipublicitada ahora concluye en un aborto burocrático ejecutado con los fórceps gubernamentales. Según se supo el TIR del proyecto, es decir su tasa de retorno es del 17,5 %; una de las más altas de todos los proyectos del país, a diferencia de las faraónicas inversiones. Entonces, ¿por qué?

A momentos tengo la sensación que el Dr. Alan García se está vengando de los cusqueños, por la raquítica simpatía a su régimen. García, supongo que piensa equivocadamente que aquí todos aquí somos humalistas o antauristas. ¡Qué equivocado está! Los cusqueños somos inteligentes.

Sería bueno hacerle saber al Presidente que de continuar ésta política anticusqueña, no sólo será el Cusco, que se ponga en pie de lucha, sino también sus pocos leales apristas, que no van mas allá, del centenar de burócratas asalariados que fueron contratados. ¡Y ya ni siquiera ellos! De pura vergüenza hasta los apristas disimuladamente, y bajando la voz dicen: “Este no es el gobierno del APRA, sino del perro del hortelano”.

Señores, Machupicchu II, nos daría un plus de 99 megavatios más de energía eléctrica. ¡Estamos a un tríz de lograrlo!. Y pensar que de no haber sido por la ingeniosa rehabilitación de la Central Hidroeléctrica, hoy esta empresa estaría en manos de los chilenos. A esos viejos mártires nuestro homenaje y también hoy a quienes alzándose por encima de las gonfalonerías partidarias sean capaces de ponerse del lado del pueblo.