jueves, 4 de junio de 2009

EL MARRIOTT Y LA TRAICION MUNICIPAL



Ahora recien entiendo: El problema del Concejo Municipal del Cusco no sólo radicaba en la inmoralidad de la ex alcaldesa, sino en la recatafila de ineptos que inconscientemente le han heredado todas sus mañas.

Ayer he sido testigo de la ambigüedad de algunos regidores quienes han sido calificados como felones por esas dubitaciones hamletianas y cobardes, inadmisibles en un cusqueño bien nacido. Son regidores que no han tenido el coraje de paralizar esa destrucción que el Marriott lleva adelante con la complicidad de algunos funcionarios ediles y del INC.

Esa relación que la historia de la infamia cusqueña recordará estuvo conformada por la señora Leonarda Ayarza e integrada por Franklin Olivera, Sherli Figueroa, Ítala Tomayconza, Rubén Molero y Uriel Meche Pillco “el mudo”, más la complicidad de la señora Rina Cornejo que ni siquiera tuvo la valentía de definir su voto, sino prefirió recurrir a la ambigüedad de la abstención.

Fueron 8 las recomendaciones señaladas por la Comisión del Caso Marriott, presidida por Oscar Paredes Pando, las dos primeras referidas a la revocatoria de la licencia de demolición y construcción que fueron objetadas por esa mayoría de 6 votos contra cinco y una abstención.

Dicho en buen cristiano, la obra continuará , podrán seguir destruyendo todo lo que deseen y jamás podremos paralizar nada, pues según la mayoría atemorizada de los seis regidores, anular la licencia de demolición otorgada por la Municipalidad durante el año pasado podría acarrear el pago de daños y perjuicios al grupo inversionista La Rioja-Marriott.

Sin embargo, es encomiable el rol de cinco regidores que fueron consecuentes con un principio que no puede ser sometido a subasta económica. Ellos fueron Oscar Paredes Pando, que proponía suspender la licencia de demolición y construcción indebidamente otorgadas, y junto con él (del que menos esperaba un gesto decente) el Sr Alejandro Soto, la Sra. Edith Sinchiroca, Artemio Olivares y Bertha Guevara.

La sesión municipal comenzó a las 9:50 de la mañana, en el Salón Pisaq de la Comuna Provincial. Fue interrumpida en varias ocasiones por un grupo de obreros de La Rioja quienes exigían la continuidad de la obra a fin de garantizar sus puestos de trabajo. Era la muestra del chantaje que se ejerce en pleno siglo XXI: “TE doy trabajo si es que presionas para que la obra continúe”.

Conversando con uno de los dirigentes del bullicioso grupo de obreros del Marriott, premunidos de bombos, parlantes, pancartas, banderolas y etc. dijo que ellos aún continuaban trabajando, pero que ayer habían obtenido un permiso especial para efectuar la protesta, con el jornal pagado por la empresa. ¡Esa es la demostración palmaria de cómo el Marriott los tiene extorsionados por el estomago!

Es una vergüenza pero para mucha gente su salario es más importante que el patrimonio. Estos “amigos” son capaces de vender la memoria de su madre a cambio de unas pesetas, pero aún así son mejores que algunos regidores que ganan una jugosa dieta de vergüenza a cambio de permitir la destrucción monumental del Cusco.

La Comisión Paredes Pando durante su pormenorizada exposición fue categórica , con un lapsus por allí y una que otra deficiencia, pero fue firme al enfatizar en la violación de los trámites administrativos por parte de los funcionarios de la Municipalidad del Cusco, cuyos nombres manchados de estiércol fueron pronunciados una y otra vez.

El Alcalde Luis Flores actuó de manera inteligente y calculadora y no me extraña, pues hace varios meses antes de ser alcalde, cuando un medio de comunicación le preguntó sobre el caso Marriott, dijo que no se podía detener tan importante inversión, que sólo se debía corregir un par de cosas. Desde allí su opinión ya era predecible. Muy astutamente hizo pasar a su abogado, un desconocido incluso para los regidores. El rábula con un enrevesado discurso prácticamente inclinó la balanza a favor de La Rioja, amenazando que la Municipalidad tendría que pagar los daños y perjuicios de la revocatoria.

¡Sólo siento nauseas! La mediocridad está institucionalizada, la corrupción se ha convertido en un modelo de gestión y hasta el estilo de discurso y las mañas siguen intactas. Cuánta razón tenía mucha gente al pedir que se vayan todos; excepto algunos a quienes siempre los recordaré con respeto, pese a mis discrepancias personales.