lunes, 31 de agosto de 2009

LA IZQUIERDA CUSQUEÑA: DEL HEROISMO A LA CLEPTOCRACIA

Pensando en lo que ocurre con los gobiernos capturados por la izquierda, con muy honrosas excepciones, me viene a la memoria un episodio de 1977. Mi primer contacto con el movimiento estudiantil universitario fue cuando tenía 17 años y era apenas un estudiante del 5to de secundaria. Aquella tarde junto con otros compañeros fuimos a la universidad para coordinar con la FUC, las próximas acciones de lucha que efectuaríamos por el costo de pasajes.

Pero esa tarde, en que fuimos a la universidad ocurrió algo muy especial. La universidad estaba rodeada por la policía. Muchos pugnaban por salir de Perayoc, pero la policía los tenía atrapados. Los universitarios no retrocedían. Estaban parapetados, empapados de cólera, detrás del viejo muro de adobes que hace poco fue demolido.

Aún así, la mitad de los mozalbetes que habíamos emprendido el viaje a la universidad, conseguimos ingresar en medio de la balacera y los igualmente feroces proyectiles estudiantiles de piedra y gritos: ¡Las botas se regalan los libros se estudian! que parecían enardecer a los policías, que efectivamente eran generalmente los fracasados postulantes universitarios.

Entramos. Mire absorto todo el loquerio que había dentro. Era la primera vez que estaba entrando a la Universidad y para mi fue un gran impacto. Los muchachos corrían, todos hablaban a gritos, nadie mantenía la cordura. No entendía… ¿Qué ha pasado?, preguntaba. ¡Los tombos carajo! Han entrado ¡Los tombos carajo¡

Creo que sólo conseguimos entrar a Perayoc dos chicos. Caminábamos con paso lento, medio derrotados en nuestro propósito de forjar ilusamente la alianza estudiantil secundarios-universidad. Y en eso apareció un grupo numeroso, totalmente fuera de si, cargaba a alguien sobre una frazada cogida de las cuatro puntas.

Era una emergencia y no era posible sacarlo fuera de la U, estaban los “tombos”, como los llamaban. Allí vi por primera vez a un legendario líder universitario, le decían “el caballo”. Subido a una banca de cemento en el patio central, miraba a la diestra y volteaba a la siniestra, levantaba la mirada e imprecaba a Dios. El alma le brotaba a pedazos en cada frase y delante suyo yacía el cuerpo sin vida del estudiante.

Me acerque lo más que pude, lo tuve a un metro de distancia y vi claramente el hoyito que le había causado la bala en la cien. Era pequeñito y rojo bermellón, suficientemente letal para quitarle la vida.

Desde entonces nunca pude entender de otra forma la política universitaria, sino era como sacrificio, con heroísmo, como una forma de liderazgo sincero. Eso fue la izquierda en los años que siguieron.

Pero claro hubo muchas decepciones luego; rupturas, dogmatismos, oportunismo, clientelismo y toda esa porquería, que no era mejor ni peor que en los otros grupos políticos llamados de derecha.

Sin embargo, nunca como hasta ahora había visto a la izquierda con tanto asco, por culpa de esa cáfila de ladrones que se han apoderado del gobierno regional. Son tan incapaces, que ni siquiera pudieron robar elegantemente como lo hace la derecha liberal.

Se embarraron en la compra de frazadas, metieron a sus yernos, cuñados y concuñados, hicieron clientelaje mediocre, robaron en los porcentajes, crearon una seudo empresa JS, conformada a la sombra por ellos. No contentos con eso ahora surgió el escándalo en la compra de combustibles y con el manejo partidario de COPESCO o el PLAN MERIS.

Ya no sé…Tantos muertos, luchadores encarcelados, para que una gavilla robe descaradamente, es algo que no tiene explicación política. ¡Ese es el peor daño! El daño político, el asesinato de la esperanza socialista y la fe de un pueblo por un gobierno justo.

Tanta prédica izquierdista, tantas bombas lacrimógenas que tragamos, tantos años perdidos en la organización popular, tanto detestar a la derecha empresarial, para que una manga de pillos la “riegue” toda.

¡Por favor! Por la memoria de los camaradas muertos en nombre de una sociedad justa, por los que no siendo camaradas y creyeron que la política no es necesariamente sinónimo de porquería, debe hacerse algo en esos gobiernos donde dice estar la izquierda cleptocrática, antes de que los echen a patadas como se merecen.

lunes, 24 de agosto de 2009

BAGUA Y SICUANI: UN GRAN RETO PARA LA NEO IZQUIERDA


Después de los sucesos de Sicuani , ya nada puede ser igual en el Cusco. Y después de los sucesos de Bagua, ya nada es igual en el Perú. El hecho, sin embargo, es que ambos movimientos tuvieron orientaciones absolutamente distintas y justificaciones de diferente naturaleza. Pero de ambos casos la población extrae una lección que “el pueblo unido jamás será vencido”. Hace poco escuche a un ambulante que era intervenido por la Policía Nacional decir a voz en cuello, gritando como un insulto: ¡Por qué no se van a Bagua! O por lo menos “a Sicuani”, dije en silencio.
En Sicuani, el movimiento fue dirigido por antiguos militantes y sindicalistas de izquierda en ánimo de volver al protagonismo del que fueron desplazados tanto por su propia ineptitud como por los cambios del mundo en los años ochenta.
La región del Cusco es mayoritariamente indígena. Ese es un hecho incontrovertible, aunque los censos no lo muestran de manera tan explícita. Según un especialista en el tema, en el ámbito departamental se hace uso de por lo menos nueve lenguas tradicionales, muestra evidente de una extraordinaria diversidad cultural. Del mismo modo, los ecosistemas van desde montañas nevadas de más de 6000 metros de altitud hasta bosques ecuatoriales a menos de 400 metros. Es razonable que, en esta amplia multiplicidad de ambientes naturales, los pobladores y los recursos naturales establezcan relaciones que no siempre van a tener enfoques de acción uniformes ni propuestas de desarrollo únicas.
Repitiendo la historia, las pugnas por el manejo de los recursos estratégicos involucran de manera frontal a los pueblos indígenas y a sus entornos ecosistémicos. El reciente conflicto de Sicuani es un caso interesante para ver algunos componentes de la compleja coyuntura: El Gobierno decide poner en marcha el viejo proyecto Salcca-Pucara, en las alturas de Combapata, y la población se le opone, provocando un corte de comunicaciones entre el Cusco y el sur del Perú.
Los dirigentes del Frente de Defensa de Canchis, muchos de ellos antiguos camaradas reciclados, utilizan el resentimiento acumulado de la población contra un gobierno que nunca los tomó en cuenta. De esta forma las organizaciones civiles de la provincia se lanzan a una huelga cuyo principal punto fue la oposición a la construcción de la central hidroeléctrica.
Ciertamente, el proyecto de construcción no previó todas las implicaciones de una construcción de tal magnitud y naturaleza sobre la subregión. Es evidente que, de construirse la hidroeléctrica, se va a cambiar toda la configuración socioeconómica de la cuenca del Salcca, comprometiendo a parte de la cuenca del Vilcanota. Pero es también cierto que los argumentos de los promotores del Salcca-Pucara han empleado recursos vedados que han excitado la moral publica; pues los acusan de haber argumentado cosas absurdas que jamás las he escuchado como por ejemplo que el agua turbinada no es apta para el riego, porque sale caliente y quemada por la electricidad.
Es igualmente cierto que detrás de las organizaciones sociales de Canchis, formadas mayoritariamente por campesinos y ex campesinos quechuas, se movían intereses políticos de partidos que están acumulando fuerzas para las próximas confrontaciones políticas, nacionales, regionales y locales. Lo más fácil en este momento es, es exhibir la ineptitud del aparato del Estado para atender las demandas de la población, y hacer uso del desprestigio –bien ganado– del gobierno. En cualesquier casos, hay una utilización de las necesidades de los pueblos indígenas para lograr metas políticas de coyuntura, gracias a la sordera del gobierno. El incendio de las instalaciones de la aduana de Sicuani es otro caso: una población cuya economía comercial depende extremadamente del contrabando que se filtra desde las fronteras del sur, no necesariamente considera que la aduana sea una institución suya, mucho menos, cuando está administrada por funcionarios y agentes corruptos y prepotentes.
Menciono el caso de Sicuani sólo para evitar mayores desencuentros entre la población tradicional y el Estado. La agenda indígena del presente debe considerar este hecho. Si los pobladores tradicionales no impulsan el surgimiento de líderes propios con claridad estratégica y con capacidad de negociación, hipotecarán fácilmente sus demandas y sus planes de desarrollo estratégico a los cazurros políticos del momento.
Amigos, ninguna sociedad se desarrolla sin recurso humano calificado. Ningún movimiento indígena o izquierdista logrará madurar si no tiene un auténtico equipo inteligente.
Esto es más urgente, cuando se ve que las próximas confrontaciones en el mundo (no sólo en la región o el país) se van a dar en la lucha por los recursos estratégicos de actual demanda: agua, higiene ecológica, bosques, energía…

viernes, 7 de agosto de 2009

UN FRANCES RECORRE EL CUSCO (I parte)

Mucho insistimos diciendo que el Cusco es la meca del turismo, sin darnos cuenta que la actividad más lucrativa del Cusco, aún se halla en estado primitivo, larvario y mal concebido; explotado por unos cuantos mercaderes ávidos de hacerse ricos de la noche a la mañana y dejando de lado a los otros pocos que tienen alguna conciencia …

¿Qué son nuestros hoteles? Son apenas casonas viejas remendadas con barro y yeso, que milagrosamente están en pie manteniendo ese olor mohoso del siglo XVIII; con habitaciones ófricas y con un insectario de polillas estampillados a la pared.

Sus techos tienen los mapas húmedos de todos los países y de todas las imaginaciones. En cada esquina yace medio siglo, escondido y esperando que llegue la noche para cobrar vida.

Claro que hay otros edificios notables, de cemento y ladrillo importado, con vidrios especiales, puertas de pino chileno compradas en Ace Home Center, techo de metal, mullidas alfombras antialergicas y con todos los servicios incorporados, pero con un sólo gran defecto: para lograr eso tuvieron que destruir muros inkas, deformar la arquitectura, coimear arquitectos del INC o si alcanza el sencillo, comprarse a la Ministra del MINCETUR y de yapa a la Directora del INC.

Con todo, nuestro querido Cusco no deja de ser una ciudad del cuarto mundo, aspirando desesperadamente a ser un remedo de alguna ciudad europea. Pero lo curioso es que el gremio de empresarios turísticos presume de mucho y en realidad no pasa de ser una argolla que funciona a las órdenes de Perú Rail, Lan Chile o algunos de los poderosos hoteles que controlan el grueso de la actividad.

Permítanme ahora, contarles la historia de Jean BAptiste Marshall, un turista francés de 32 años, cuadraplejico (paralítico), cuya mayor ilusión de conocer el Cusco se hizo realidad hace algunos meses. El estuvo a comienzos de este año, año que pasará a la historia como el de la peste porcina, la crisis económica mundial y por si fuera poco durante el extraordinario y “honestísimo” gobierno del Sr Alan García.

Baptiste, no recorrió el Cusco como hace la mayoría de gringos, mediante una agencia de turismo que, prácticamente los secuestra y programa donde deben comer e incluso donde arrojar sus deshechos biológicos.

El francés, muy independiente, antes de nada para embarcarse al Cusco por Lan Chile tuvo que hacer una serie de trámites, con un mes de anticipación para que le acomoden en un asiento especial, lo cual consiguió gracias a su condición de ciudadano galo, (un francés en cualquier lugar del mundo es un turista especial).

Pero sus verdaderos problemas ni siquiera habían comenzado. Juan Baptiste, es un turista especial, está prácticamente atado a una silla de ruedas autopropulsada con energía eléctrica. ¡Vive en una silla eléctrica! Claro, es totalmente autónoma. Teóricamente con esa silla en su país no necesita de nadie. El estaba seguro que con esa silla tipo “automóvil” podría recorrer todo el Cusco, de extremo a extremo, auque sea lentamente.

Anhelaba desde sus paseos en los Campos Eliseos, ingresar a la Plaza de Armas, recorrer aquellos portales de factura colonial y tocar las piedras inkas que fueron saqueadas para construir los dos templos católicos, luchando uno frente al otro, en una absurda competencia de quien se alza más arriba.

Al llegar al Cusco dio una vuelta a la Plaza, esquivando los carros, haciendo quites, deteniéndose infinitos minutos mientras todos los carros pasaban delante suyo. Hasta que por fin logró ingresar al Portal Mantas, una vez que lo cargaron. Allí dio otras tantas vueltas, buscando la salida que no existía para las sillas de ruedas. Algún infeliz ingeniero planeó sólo la entrada y no la salida.

Con todos estos problemas le dio apetito, como dicen los extranjeros, (los cusqueños decimos que tenemos “hambre”). Quiso entrar de forma independiente a alguno de los restaurantes de 2 o 3 tenedores, fue simplemente imposible, salvo que unas cuatro personas se animen a levantar su silla de ruedas motorizada. Todos los restaurantes tienen gradas por aquí, peraltes por allá, felpudos que son trampas y casi siempre varios adornos huachafos en la puerta.

Baptiste, no tuvo más remedio que contratar cuatro personas para que lo alcen en vilo y lo introduzcan, porque ese carrito en el que anda pesa tanto como un “tico”. ¡Propina para todos! Eso es lo bueno, aquí siempre hacemos algo por una voluntaria propina.

Por la tarde su desgracia fue creciendo. Quería encontrar un hotel sin esas trampas para una persona con discapacidad. Tuvo que “andar” más de 3 horas. Ya dentro, descubrió que el baño era muy pequeño, que el espejo estaba muy arriba, la cama demasiado alta, en fin…

Visitar Machupicchu fue una proeza comparable con la Toma de la Bastilla. Para ir en tren, pague usted 250 dólares más. Para subir a Machu, un ómnibus exclusivo, que gracias a CONSETTUR fue posible. Pero ¿Ingresar a Machupicchu? Eso si ya era como entrar al cielo, después de unos pecaminosos carnavales brasileños.

¡NO! Fue la palabra que pronuncio el encargado del INC. Pero “mesie” vea usted aquí tengo cuatro ayudantes que me han de cargar sobre una manta. ¡Nada! ¡No, señor! ¿Una generosa propina o coima, tal vez ayude? Hum, este, bueno más tarde tendría que ser…Ahora está el jefe.

Jean BAptiste, aún así ama al Cusco. Por esas ironías de la vida, es un empresario turístico. Sólo atinó a mover la cabeza, suspirar y decir para sus adentros: “Si así me tratan, como tratarán a los pobres cojos del Cusco”.

Y es que el Cusco es una ciudad bella para el visitante común, pero hay de aquel que tenga alguna discapacidad o sea medio “tautinko”, ese pobre ¡no pasa!

Y pensar que hay muchos “empresarios”, de esos que se volvieron ricos vendiendo los chullos que compraban a los campesinos a 5 soles, en 25 euros; es decir explotando y que ahora por tener un par de pálidas estrellas, se creen los grandes empresarios turísticos. ¡Ah!, nos falta mucho…