lunes, 9 de junio de 2008

SE BUSCA UN DECANO A CUALQUIER PRECIO.




Nunca como ahora el Colegio de Abogados ha buscado más desesperadamente un Decano, a cualquier precio. Ni siquiera las elecciones últimas llevadas a marcha forzada han sido suficientes para tapar todos los huecos legales existentes.

Mientras tanto el ICAC, como institución, se desangra públicamente todos los días, al punto de convertirse en el hazmerreír de todo el foro cusqueño, con una Junta Transitoria poco representativa y un ex Decano desesperado por soltar cuanto antes esa papa caliente que lo está quemando.

De nada sirvió el esfuerzo de Efraín CAviedes Catalán que intentó en todo momento darle un nuevo empuje para ponerlo sobre rieles y echar a andar esa vieja maquinaria oxidada por tanta corrupción pasada.

De poco sirvió la inmolación del Presidente del Comité Electoral, que hizo las veces de San Martín, intentando conciliar perro, pericote y gato, para impulsar un proceso democráticamente impecable, pero vano.

El Colegio hoy sufre los achaques del tiempo, es una institución rancia y decrépita; decrépita por el modo irresponsable como la condujeron en los años pasados; incapaz de retomar sus bríos para salvar los retos que el Poder Judicial le ha planteado.

Mientras tanto, la anarquía jurídica ahora tiene una nueva dirección procesal, se halla alojada en el cuarto piso del Palacio de Justicia y eso continuará hasta que haya un nuevo Decano, legítimamente elegido y que no sea “bamba” Decano.

Mientras tanto, los abogados mal llamados “doctores” no saben que hacer. Algunos optan por el criterio simplista de decir, no importa si el nuevo Decano es aprista o comunista, corrupto, casto o evangélico, sino simplemente hace falta un Decano, para no perder el decoro institucional.

Otro grupo, es el de los “mirandas”, que miran y andan sin que nada les importe; continúan su vida, porque como ellos dicen, felizmente no viven del Colegio. De modo que a ellos les importa un bledo si hay un Decano “bamba” o no, pues felizmente los litigantes no faltan, jajaja.

Un tercer grupo, el de los “talibanes”, extremadamente legalista, pretende depurar las actas, exigir rendición de cuentas de los últimos diez años, revisar los títulos, escogitar a los célibes y lanzar una nueva convocatoria a elecciones.

Sin embargo, la jueza Karina Holgado Noa, ha terminado sepultando esta discusión, con su Resolución Nº 023 del dia tres de junio, que resuelve declarar NULO el acto de proclamación del ganador. Asimismo, dispone que el presidente del comité electoral se abstenga de convertir en irreparable la amenaza de los derechos amparados mediante sentencia del 28 de mayo bajo apercibimiento.
De este modo la terrible jueza mete las narices en una cuestión de fondo y suspende cualquier acto de juramentación y exige restablecer las cosas al estado anterior. En consecuencia, lo que todos suponíamos que era el capricho del grupo “taliban”, con rezagos estudiantiles, finalmente ahora ha sido convalidado y asumido por el Quinto Juzgado Civil.

La sentencia de la jueza Karina Holgado deja un precedente inevitable para los abogados, que ahora están en la disyuntiva de apoyar al electo ilegalmente Víctor Boluarte o en su defecto ceñirse al incómodo imperio de las leyes.

¡Difícil tarea para los abogados! Es como sufrir un callejón oscuro, entre la tentación continuista del APRA que se cree dueña del Colegio y la vieja izquierda testaruda, estridente, minoritaria, cuestionadora pero insobornable.