viernes, 12 de diciembre de 2008

DON MARIANO: VAYAMOS A UN PLAN DE RECONSTRUCCIÓN DEL CUSCO.



En medio de esta incertidumbre que nos estuvo matando como pueblo y cultura, más allá de los lamentos y lloriqueos, existen algunas medidas que se pueden implementar de manera urgente. El Sr. Mariano Baca y sus 13 regidores tienen deberes sagrados, antes de que Carlos Mosco-SOS consiga las 58 mil firmas para revocarlos a todos.

Nuestra ciudad ha estado viviendo en estos casi 719 días, una lenta agonía, caracterizada por la falta de seriedad de los regidores, de un lado, y la falta de tino y honestidad desde la Alcaldía.

El Cusco, no puede seguir siendo arrastrado como un trapo viejo por una comparsa de políticos irresponsables, que han convertido la gestión municipal en el hazmerreír del Perú. ¡Eso es algo que autocráticamente debemos admitirlo todos!

Muy fácil seria ahora echarle la culpa de todo a la ex alcaldesa, pero considero que la culpa la tienen todos los que de una u otra forma contribuyeron para que esto sea así, incluso desde la fase electoral, con la contribución de la oposición que nunca tuvo el coraje de investigar la gestión de Carlos Valencia, generando una abierta y estéril polarización en el pueblo.

A continuación sugerimos respetuosamente que la nueva autoridad municipal y sus 13 regidores, asuman este conjunto de tareas:

1.- Que no se le ocurra traer técnicos o expertos de Lima o de Chuspitakana para resolver los problemas del Cusco. Aquí hay gente capaz, de uno y de otro lado, para echar a andar un Plan de Reconstrucción Provincial, que además tenga la virtud de ser concertado con todas las fuerzas políticas aptas.

2.- El hoyo de la vergüenza en el cual se encuentra el Cusco, no es pequeño. La tarea es de dimensiones colosales en exacta proporción a la recuperación del principio de autoridad, y al mismo tiempo la reconstrucción paulatina de la confianza cusqueña que ha sido desengañada en muchos sentidos.

3.- Es necesario y urgente convocar a una Mesa de Gobernabilidad, a la cual, se deberá invitar necesariamente a las autoridades municipales anteriores, por mucho que nos resulten antipáticas, pero que en su respectivo momento tuvieron predicamento político y moral.

4.- Por mucha convicción y fuerza hercúlea, la labor de los actuales regidores y de su nuevo alcalde serán insuficiente ‘para salir del atolladero. Es preciso, que participen los colegios profesionales, gremios, universidad y otros para generar este Plan de Reconstrucción.

5.- Sería un craso error volver a convertir la Municipalidad en una agencia de empleos con los parientes de los nuevos regidores, como se comprobó en algunos casos durante los primeros tres meses de esta gestión que culmina. Es de imperiosa necesidad evitar el festín político de parte de los nuevos miembros del ejecutivo municipal.

6.- Se debe Intervenir con mano firme para investigar (previamente) y luego aplicar las sanciones a quienes resulten responsables de los presuntos actos de corrupción voceados durante estos dos años. Y con esa misma férrea determinación reemprender las obras “apec” que actualmente se hallan paralizadas.

7.- Pedirles a los regidores que guarden la sencillez y la compostura, evitando que la soberbia se les suba. A muchos los hemos visto con una pedantería que los hace tan repugnantes como los que posiblemente se estén marchando en las próximas horas.

8.- El Cusco, por chistoso que parezca, no tiene una visión estratégica compartida. En consecuencia la Municipalidad, lo que ha hecho, es marchar como una nave sin rumbo, sin timón, sin escalas y sin sentido. Dotémosles de una visión-misión, en la que todos nos sintamos representados.

9.- Las tareas prioritarias, tienen que ver con la inseguridad ciudadana, la suciedad, el caos vehicular, el creciente comercio ambulatorio, la falta de institucionalidad municipal, la ausencia de planes compartidos con las otras entidades públicas y finalmente la recuperación de la legitimidad.

10.- Es preciso, por cortesía, decirles gracias a quienes fueron participes y responsables de la ineficiente administración edil, evitando el takanacuy político. Así evitaremos también convertir la Plaza del Cabildo, en un usno de sacrificios propiciatorios o de acuchillamientos políticos. ¡Ya todo llegará a su debido momento!

Lo único que espero es que esta agonía, realmente haya llegado a su final. Pero ¿qué nos garantiza que don Mariano y sus 13, no caminen por la misma senda de su jefa ante la cual juraron lealtad? La única manera es recurriendo a la honestidad del SR. Mariano Baca, la vigilancia ciudadana con participación vecinal y una prensa que tenga libre acceso para fiscalizar la gestión municipal.