jueves, 30 de octubre de 2008

¿EXISTE ANOMIA SOCIAL EN SICUANI O ES UN SIMPLE MOVIMIENTO?


Sobre el conflicto sicuaneño-combapatino, existen algunas hipótesis.
1.- Aquella que hace correr el gobierno asegurando que los causantes de la asonada en Canchis son los terroristas del MRTA . Esta es una visión apologista de la subversión que pretende sobredimensionar equivocadamente un fenómeno social para conseguir la autorización para aplacarlo militarmente.

2.- Aseguran que los causantes son militantes chavistas pagados por Venezuela o Evo, los que se habrían infiltrado dentro de ese conglomerado campesino.

3.- Afirman que es el anterior alcalde de marcada tendencia fujimorista y homosexual el que ahora con envalentonada hombría pretende manejar a todo el pueblo de Canchis, junto con otros mercenarios pagados por él.

Todas estas hipótesis aún siendo posibles variables indirectas y concurrentes me preocupan, pero me exacerba hasta la cólera cuando escucho posiciones parecidas de parte de un respetable magistrado, que hace años estudiaba conmigo Ciencias de la Comunicación. Ayer lo encontré en la puerta del Palacio de Justicia y por respeto a los años de estudiantes que compartimos en Perayoj guardo en reserva su nombre para no hacer quedar mal a su institución.

El ingenuo magistrado que probablemente sabe mucho de leyes, pero nunca ha revisado durante esos años de universidad el libro señero de Jose Matos Mar, que nos habla precisamente del DESBORDE POPULAR Y CRISIS DEL ESTADO, como un fenómeno de insuficiencia del aparato de gobierno, informalización general del Perú, disipación de la autoridad, merma del poder y la fatiga total de la sociedad.

Su antecesor, el sociólogo francés Emilie Durkheim en su tesis sobre la ANOMIA SOCIAL, como un suicidio, desintegración de la norma social, autodestrucción, desaparición de las jerarquías, mutación de los patrones culturales, ausencia de visiones, valores, utopías y carencia de esperanzas.

Yo les pregunto, sin el ánimo de justificar los acontecimientos en Sicuani, donde los manifestantes destruyeron La Municipalidad, el Terminal, el Poder Judicial y el Ministerio Publico , entre otros; pónganse a pensar por cinco segundos sobre ¿cómo se siente el campesino canchino? Frustrado por los fujimoristas que los gobernaron, engañado por su actual alcalde de izquierda moralista, maltratado por el gobierno central, ninguneado por Hugo Gonzáles que no le prestó ninguna atención.

¿Cómo se puede sentir el campesino canchino? Si cuando va al Poder Judicial en busca de justicia, se entera en la puerta que el juez anterior se vendió por una botella de “güisqui” barato y un tanque lleno de gasolina para pasear por las calles repletas de ambulantes y desocupados.

¿Cómo puede sentirse un campesino canchino? Si todo lo que ha recibido en estos años de Republica Democrática son promesas. Si su mejor periodista, al que lo encumbraron gloriosamente en hombros, ahora esta involucrado en el lobby de la hidroeléctrica SAlqa Pucara y la Transoceánica.

¿Cómo puede sentirse ese modesto hombre del campo? Si las pocas noticias que vienen de Lima revelan que los ministros y ex ministros, los hombres que gobiernan el país, viven en un contubernio con la mafia, robándole al Estado a cambio de generosas coimas.

¿Cómo puede sentirse un ciudadano de ojotas? Si sus líderes y periodistas son los mismos que le pidieron votar por el incapaz que ahora los gobierna y al que todos buscan inútilmente para exigirle que rinda cuentas.

¿Cómo puede permanecer sobrio un campesino? Si las 24 horas del día lo agobian minuto a minuto, viendo pasar gente feliz en carros elegantes, que arroja desperdicios que mas tarde sus niños corren a revisar para ver si hay algo que comer aún.

¿Cómo puede sufrir un campesino? Si día a día se produce una invasión de denuncios mineros de gente foránea que hasta su choza la han convertido ahora en propiedad especial, sin recibir nada a cambio.

¿Cómo puede sentirse un q´alachaqui? Si cada cinco años le obligan a acudir a las urnas, le prometen obras y no hay nada, Le prometen trabajo y no hay ni cachuelos. Le prometen justicia y no hay ni un abogado honesto. Le prometen que la educación hará mejor a sus hijos, y ahora comprueba que sus hijos deambulan por la chacra, más pobres que antes.

¡NO!, no justifico lo que ocurrido en Sicuani o Combapata, pero es cuestión de tener puntos de vista, Sentir esa decepción, esas ganas de suicidarse porque nada cambia en la vida de uno, generación tras generación, día a día, mas miserables.

Por eso cuando ayer mi ingenuo y despistado amigo magistrado me detuvo en plena AV. Sol no tuve más remedio que explicarle esto que mucha gente no entiende. Esto que podría ser el origen de mayores y futuros problemas para el Perú, si es que las autoridades no enfocan el problema-solución desde una perspectiva integral.

Amigo lector, por donde ponga la mirada en el Perú, saltará el pus, como decía Gonzáles Prada. ¡Ese es el problema!