viernes, 28 de marzo de 2008

TOMASA TÍTO CONDEMAYTA: ¿ AMANTE O HEROÍNA ?



Hablar de Tupac Amaru para los cusqueños es como hablar de Cristo para los cristianos. No hay personaje más excelso en su lucha por la justicia y al mismo tiempo, más traicionado, torturado, descuartizado y asesinado con la bendición de la Iglesia, la anuencia de los criollos y caciques. Pese a ello está redivivo en la memoria popular.

Su historia después de los 228 años que han transcurrido desde el grito revolucionario sigue en una permanente interpretación. Y en esta oportunidad el abogado, maestro y periodista Juvenal Pacheco Farfán nos convoca nuevamente a echar una mirada contemporánea sobre esa historia sepultada bajo guirnaldas y discursos de homenajes hipócritas .

El Dr. Pacheco, nos presenta un reto empastado de 300 páginas, llamado “Tomasa T´ito Condemayta, heroína de Acos”, a manera de un libro totalizador. Aquí está la síntesis de las opiniones de intelectuales como Boleslao Lewin, José Tamayo Herrera, Juan José Vega, Daniel Valcárcel, Víctor Angles, Jorge Cornejo Buroncle, Germán Zecenarro, Ángel Avendaño, Eleazar Crucinta y otros, sobre este personaje y Tomasa T´ito.

Desde hace muchos años persigo la labor intelectual del Dr. Pacheco, a veces con escepticismo, lo confieso, como cuando nos habla de la ciencia del periodismo, sabiendo que en el Cusco, el periodismo por lo general, no es mas que una noble catapulta utilizada por algunos protozoarios que pretenden capturar los cargos públicos.

O cuando el “señor de Acos”, justo nombre para Juvenal Pacheco, nos describe de manera fascinante en otro de sus libros la filosofía inka con increíbles categorías dialécticas y procesos intelectuales complicados sobre el ser, la unidad y lucha de contrarios, los saltos cualitativos, la negación de la negación, los saltos desiguales y combinados... Entonces uno se pregunta en su fueron interno: ¿Tan grandes fueron los inkas que llegaron al más alto de los niveles de pensamiento filosófico?

Hoy es un privilegio ver el nacimiento de esta su criatura de papel que irá quien sabe profetizando nuevos tiempos. Esta noche, este libro al mismo tiempo de ser un homenaje a la mujer, comienza su peregrinaje cultural. Quién sabe, si tal vez acabe como muchos libros para satisfacer el prurito de la vanidad intelectual o quizás pueda generar ese cambio de conducta para trocar la pusilanimidad que hoy y la convierta en una nación vital con un destino en la historia de la humanidad.

El Dr. Pacheco intenta corregir el machismo historiográfico de sus predecesores y ahora nos alcanza este otro pedazo desgarrado de la historia y adrede ocultado: El rol heroico de Tomasa y Micaela, y junto con ellas de miles de mujeres que murieron decapitadas, violadas, asesinadas, sin tener por lo menos el derecho de que su grito se inscriba en nuestra historia nacional.

La historia de Tupac en los últimos 50 años está llena de fetichismos y fanatismos de toda índole. Con buena intensión tal vez, pero al final todos pretenden sacar provecho de su imagen incorruptible. Desde Juan Velasco Alvarado, que utilizó su imagen para realizar una inconclusa reforma agraria, hasta los guerrilleros Tupamaristas del Uruguay o los MRTA de Polay.

De cualquier modo, Tupac Amaru sigue vivo en cada paro, huelga, reclamo, movilización o grito de justicia buscando democratizar este amado Perú desigual, injusto y cainita.

Sin embargo, como ya lo han explicado quienes me antecedieron en el uso de la palabra, para entender la revolución de Tupac Amaru es importante esclarecer el rol que cumplió la mujer en esa lucha. La historia machista, preñada de desviaciones sentimentaloides hablan de un romance de Tupac con la heroína de Acos, conforme lo insinúa la película de nuestro paisano Federico García.

Nos quieren contar la más heroica epopeya del siglo 18, recubierta de los baratos tafetanes sentimentales de la telenovela contemporánea. Poco falta para que afirmen que Tomasa fue revolucionaria porque fue amante de Tupac, situación que jamás insinuó ni antes, ni después su esposo Faustino Delgado, de quien se apartó por su obsecuencia hispanista. (Continuará 120308)